Este valor me lleva a aprender y a mejorar. Preguntando siempre para saber más. Cuestionándolo todo.

Tengo la sensación de que mucha gente piensa que cuantos más títulos tengas y mejores notas saques en ellos, mejor eres. Sin embargo, desde mi experiencia personal, gran parte de lo que sé no lo he aprendido por los estudios. Reconozco que me han dado una base, una metodología y algo de práctica, pero ya está.

Si tiene muchos títulos en tu currículum y con buenas notas, está genial. No es ironía. Pero recuerda que solo te será útil en muy pocas ocasiones. Por ejemplo, en una entrevista de trabajo, aunque incluso en este caso creo que tampoco debería ser tan relevante.

A nadie se le tendría que contratar solo por tener muchos títulos. La actitud o sus valores deberían ser lo más determinante. Aunque creo que mi forma de ver esto no es muy común. He visto demasiadas ofertas de trabajo en las que necesitas tener muchos años de experiencia laboral y tienes que ser un experto en 20 cosas diferentes.

Tener la capacidad de adaptarse, de aprender rápidamente y simplemente de ser curioso es mucho más importante que tener un título. Porque con esta actitud, fácilmente cualquiera puede aprender los conocimientos necesarios para casi cualquier puesto de trabajo. Además, también te garantiza que esa persona seguirá desarrollándose profesionalmente y eso ayudará la empresa a crecer y a innovar.

Aprendo cada vez que pregunto algo. Aprendo cada vez que veo un video, leo un libro o escucho un podcast. Aprendo cuando me toca hacer algo que nunca he hecho antes. Y, aunque a veces no tengo ni idea de cómo empezar, me pongo a ello y acabo aprendiendo a hacer algo nuevo.

Ya no es noticia decir que vivimos en un mundo cambiante en el que puedes quedarte obsoleto rápidamente. Delante de esta realidad, solo hay dos opciones: tener curiosidad y mantenerte actualizado sobre lo que pasa en tú sector y en el mundo en general o vivir en el mismo mundo, pero con tus conocimientos, habilidades y recursos antiguos aprendidos en el pasado.

No es una opción sentirse orgulloso por lo aprendido hace años. La curiosidad es la única forma de seguir creciendo como persona y seguir añadiendo valor como profesional.